MIS ALAS
Esta mañana te he visto
sentada en la plaza
y has despertado mis alas
ingenuas y blancas.
Amaneció esta mañana
el amor en tus labios,
y se me vino a acercar
sonriente y cantando.
Otra vez este alborozo
infantil en mi pecho,
una vez más como un niño
con zapatos nuevos;
me llevaré tus palabras
envueltas en sueños
y tal vez mañana
a esta plaza regreso.
Esta mañana se hubiera
perdido sin suerte
si no la hubieras cruzado
bonita y alegre.
Evocaré tu alegría
mientras la recuerde,
recrearé tus anhelos
sintiendo perderte.
Ya lo sé, no debiera
engendrar cicatrices,
pero tal vez haya sido
tan sólo un despiste;
y tus ojos brillaron
pidiendo mis versos,
¡cómo voy a negarte
un poco de mi tiempo!